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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Pesadilla en la cocina: blanco, abstención e indecisión

Pesadilla en la cocina: blanco, abstención e indecisión

Pesadilla en la cocina: blanco, abstención e indecisión

Los titulares que han acompañado las encuestas electorales publicadas recientemente en los distintos medios de comunicación han destacado la importante caída del bipartidismo en nuestro país. Por ejemplo, Metroscopia (El País) ofrecía una intención directa de voto a IU superior al PSOE y MyWord (Cadena SER) un empate.
Estos titulares sin embargo han dejado en un segundo plano un elemento crucial y excepcional de las últimas encuestas publicadas: el altísimo porcentaje de entrevistados que no declaran intención de voto a ningún partido. De hecho, estamos ante un máximo histórico de votantes indecisos o que aseguran que en esta ocasión no votarán a ninguna candidatura (optarían por la abstención o el voto en blanco).
Véanlo en el gráfico 1 (usando nuestros datos favoritos, los del CIS). Si en los últimos quince años el número de entrevistados que no expresaba una preferencia partidista oscilaba en torno al 35% de la muestra, en la actualidad son ya más de la mitad (!!) de los encuestados los que ante la pregunta de “si mañana hubiera elecciones generales, ¿a qué partido o coalición votaría?”, no mencionan ninguna opción.
Gráfico 1. Evolución del porcentaje de encuestados que no declaran intención de voto a ningún partido. Fuente: Barómetros del CIS, 1996-2013.
Gráfico 1. Evolución del porcentaje de encuestados que no declaran intención de voto a ningún partido. Fuente: Barómetros del CIS, 1996-2013.
El gráfico también muestra que en el último año han crecido todas las diferentes categorías que componen el grupo de los “sin intención de voto”: los que anuncian directamente que “no votarán” (son ya un 22,7% de los encuestados), los que anuncian que votarán en blanco (un 9,1%), y los que no saben a quién votarán o eligen no contestan (un 21,5%).
Así, nada menos que el 53% de la encuesta del CIS (49% en MyWord y 56% en Metroscopia) no escogen a ningún partido político. El que alrededor de la mitad de los encuestados no revelen ninguna preferencia partidista hace particularmente difícil el trabajo de las empresas demoscópicas que tratan de estimar los resultados electorales. ¿Cuántos de los que hoy afirman que no votarán acabarán haciéndolo? Los que dicen que votarán en blanco, ¿tendrán tentaciones de votar a alguna de las candidaturas a medida que se aproximen a las urnas? ¿Por quién lo harán? ¿Y a quién votarán los indecisos?
La “cocina” de las encuestas (que es, en buena parte, hacer supuestos sobre todas estas cuestiones) se ha vuelto mucho más exigente y mucho más complicada. Con tan pocos encuestados revelando una clara preferencia de voto a candidaturas, no es extraño que los diferentes institutos demoscópicos (con diferentes “cocinas”) nos ofrezcan predicciones mucho más diferentes incluso aunque sus datos “brutos” sean parecidos.
En lo que sigue tratamos de conocer un poco mejor a estos encuestados sin preferencia de voto, que, a falta de un nombre mejor, llamaremos “BAI” (por blanco, abstención o indecisos). Quizá conociéndolos mejor podemos estar en mejores condiciones para hacer especulaciones sobre cómo se comportarán cuando se acerquen las próximas elecciones.
1. ¿En qué medida son los BAI de hoy diferentes de los BAI del pasado?
Para intentar contestar esta pregunta, comparamos los resultados de dos barómetros del CIS, el último realizado en Abril de 2013, y uno realizado en la anterior legislatura (usamos el barómetro de Octubre de 2009, realizado a una misma distancia temporal –quince meses- de las elecciones legislativas precedentes). El gráfico 2 muestra la proporción de encuestados BAI en estos dos momentos del tiempo. 
El gráfico muestra que aunque el aumento de los BAI es considerable en todos los grupos, es significativamente mayor entre aquellos de más estudios. Dicho de otro modo: si bien en 2009 existía una clara relación entre nivel de estudios y la expresión de una preferencia partidista (aquellos con menos nivel de estudios eran los menos proclives a proclamar una preferencia de voto), esta relación ha desaparecido casi por completo en la actualidad. Contrariamente a lo que estábamos acostumbrados tradicionalmente, el nivel de estudios ha dejado de ser un factor importante.
Gráfico 2. Porcentaje de encuestados que no expresan preferencia de voto (Fuente: Barómetros CIS)
Gráfico 2. Porcentaje de encuestados que no expresan preferencia de voto (Fuente: Barómetros CIS)
En el gráfico 3 se examina con más detalle qué tipos de BAIs han aumentado en cada nivel de estudios y por clase social, y es posible detectar algunos patrones y que confirman la impresión de que los que hoy no expresan una intención de voto son distintos de los que no lo hacían en el pasado:
Primero, como mostraba el gráfico anterior son los grupos sociales más acomodados los que más aumentan su propensión a no expresar una preferencia de voto. El porcentaje de BAIs es en torno a 20 puntos porcentuales superior en 2013 que en 2009 entre los encuestados con estudios superiores y pertenecientes a clases sociales medias y altas, pero es “sólo” 10 puntos superior entre aquellos con estudios de primaria o inferiores y para los obreros sin cualificación.
Segundo, que la forma de no expresar una preferencia partidista es diferente entre grupos: entre aquellos con niveles más altos de estudios crecen sobre todo los que dicen no saber a quién votarán. En cambio, los que dicen que no votarán crecen más entre los de niveles de estudios más bajos. Así pues, los datos sugieren que entre los que tienen mayor estudios no hay tanto un aumento de la voluntad de abstenerse, sino una insatisfacción con la oferta electoral.
Y tercero, llama la atención el incremento de la popularidad del voto en blanco. En términos agregados, mientras que el Octubre del 2009 un 4,3% de los encuestados decían que votarían en blanco, en la actualidad este porcentaje asciende a más del doble, un 9,1%.  El voto en blanco de las encuestas es una de las formas del voto oculto (o del no-voto), pues nunca ha superado el 1,8% del año 2004 (cuando casi se dobló con respecto a su cifra habitual, como un voto de apoyo a la democracia, tras los atentados del 11M, de personas que posiblemente no suelen votar)
Gráfico 3. Diferencia entre % BAI en 2013 y % BAI en 2009.
Gráfico 3. Diferencia entre % BAI en 2013 y % BAI en 2009.
2. ¿Se comportan en política como los abstencionistas tradicionales? ¿De qué partido proceden?
Los datos hasta ahora revelan un cambio en el perfil del BAI: estos ciudadanos muestran ahora mayor nivel de estudios y de una mayor procedencia de clases sociales medias y media-altas. En general, pues, se trata de individuos con mayores recursos (tanto económicos como  educativos) y, por lo tanto, con una mayor tendencia a participar en política. Estamos pues ante la desmovilización de un colectivo tradicionalmente movilizado.
Pero, y políticamente, ¿qué perfil tiene este nuevo colectivo que rechaza declarar su voto a cualquier partido tradicional? Aunque el aumento de este colectivo proviene de muchos orígenes ideológicos, hay uno que destaca especialmente: el votante tradicionalmente de centro-derecha.
En efecto, el gráfico 4 indica que una proporción considerable de los nuevos BAI son exvotantes populares. El gráfico muestra el trasvase de votos de los votantes de los diferentes partidos durante la pasada legislatura y en la actualidad. Destaca muy especialmente los cambios producidos en el comportamiento de los votantes del PP. En la pasada legislatura, apenas había votantes del PP que optaban por cambiar su voto a opciones como voto en blanco, abstención o indecisión. En cambio, en la actualidad el PP es el partido que tiene un mayor porcentaje de fugas hacia estas opciones de todos los partidos. De hecho, más de la mitad de los que votaron al PP en 2011 ahora se declaran indecisos o no votarían por ninguna candidatura.
Gráfico 4. Trasvase de votos de los principales partidos a las opciones BAI (Fuente: Barómetro CIS enero 2013)
Gráfico 4. Trasvase de votos de los principales partidos a las opciones BAI (Fuente: Barómetro CIS enero 2013 y media barómetros legislatura 2008-2011)
En definitiva, la composición ideológica del voto en blanco, abstención e indecisión ha cambiado notablemente durante esta legislatura. Tradicionalmente, de entre los que optaban por estas opciones, abundaban los ciudadanos desapegados de la política y que no solían acudir a las urnas. En cambio, en la actualidad, este colectivo muestra un perfil más ideologizado y con un mayor interés por la política. Los últimos datos que ofrecemos: hasta ahora, el 70% de los que se declaraban BAI en las encuestas eran ciudadanos sin fuertes preferencias políticas: ciudadanos de centro o sin ideología. Este porcentaje es sólo del 45% entre los nuevos BAI.
De nuevo, nuestro análisis muestra que el perfil de los BAI ha cambiado y muestran rasgos más similares al votante tradicional que a los ciudadanos desafectos que no suelen participar en política.
3. ¿Qué harán los BAI cuando lleguen las elecciones?
Tan alejados de las elecciones, no podemos ofrecer respuestas contundentes a esta pregunta, tan sólo especulaciones más o menos informadas. En primer lugar, el perfil de los nuevos BAI hace pensar que se trata de personas que normalmente participan en política (más que los BAI tradicionales). Para ellos será más costoso contener la tentación de ejercer su derecho el voto cuando las maquinarias partidistas de unos y otros se pongan en pleno funcionamiento. A esto se añade el hecho de que muchos de los nuevos BAI sencillamente estén ocultando su voto ante la impopularidad generalizada de los partidos políticos.
¿Cuánto puede caer la participación? En general, todo apunta a una participación muy baja en comparación con el resto de elecciones generales en España. Si tuviéramos que predecir la participación para unas hipotéticas elecciones que sucedieran dentro de unos meses, de acuerdo con la tendencia en las encuestas (la tendencia, no el resultado concreto), tendíamos que apostar por una participación de poco más del 60%, seguramente no menor que esa cota, pero aun así inaudita en nuestro país en unas elecciones generales. El mínimo histórico el 68% (1979)  y la media es casi el 74%.  Se trataría de una caída comparable a la que se observó entre 1982 y 1986, las dos primeras mayorías absolutas del PSOE, y posiblemente mayor a aquella (fueron nueve puntos). Solo que entonces la caída se dio en niveles altos de participación, y ahora partimos de un resultado por debajo de la media (algo menos del 72% en 2011).
Una caída de participación así, sobre todo si volviera a ganar el Partido Popular, es de suponer que tenga consecuencias en el sistema de partidos, además de que sea justamente tenida por grave, pero no será el hundimiento de la democracia española. Después de 1986 AP se refundó como el PP  y la recién estrenada y extravagante coalición de partidos llamada IU se transformó en IU como “movimiento político”.
La participación nunca coincide –salvo por casualidad- con las encuestas, porque no votar está “mal visto”  y siempre se oculta un poco a la hora de responder. Aun así, en las encuestas podemos encontrar pistas sobre la propensión real de los encuestados a votar. Una pregunta que es como el perejil en todas las cocinas es la siguiente “En todo caso, ¿por cuál de los siguientes partidos siente Ud. más simpatía o cuál considera más cercano a sus propias ideas?” Muchos ciudadanos revelan su posible intención en esta segunda pregunta más que cuando se les pregunta directamente qué piensan hacer en caso de que haya elecciones. Una de las peores noticias para la participación se encuentra en que un 26% de los entrevistados, además de no señalar un partido cuando se les pregunta su intención de voto, tampoco se sienten cercanos a ninguno. Es difícil hacer una proyección a partir de eso, pero digamos que esa cifra rebaja mucho el techo de participación esperable, por mucho que cambien las cosas (salvo catástrofes movilizadoras que, esperemos, no tengamos que sufrir), y hace parecer el cálculo de una caída de diez puntos con respecto a 2011 un cálculo moderado.
Por último, el que los nuevos BAI sean un grupo que se esté nutriendo especialmente de exvotantes del PP sugiere dos cosas. Primero, que una “reactivación” de los BAI podría devolvérselos. Segundo, que, paradójicamente, al menos a día de hoy, la desactivación de los votantes  resulta un problema menos grave para el PP que para el PSOE. Muchos votantes del PP abandonan el barco, pero lo hacen quizá “provisionalmente”, no comprometiendo su apoyo a ninguno de los partidos competidores. Al fin y al cabo, un 46% de los votantes de centro y centro-derecha dicen no sentirse cerca de ningún partido. En el PSOE esto no parece ser así. La mayor oferta programática con la que compite el PSOE en el centro-izquierda hace que muchos de sus exvotantes ya hayan encontrado acomodo en otras opciones, que cada vez son más electoralmente viables en más sitios. Quizá el PSOE logra recuperar a parte de estos votantes al acercarse las elecciones, pero resulta mucho más costoso movilizar a un votante de otro partido que a un elector indeciso o que planea votar en blanco o abstenerse.
Resumiendo: en primer lugar, aunque muchos de los que hoy no declaran preferencia partidista acabarán votando a algún partido, la participación probablemente caerá considerablemente. Y en segundo, nuestro análisis exploratorio del perfil de los nuevos BAIs apunta a que será más fácil recuperarlos para el PP que para el PSOE. Si no acertamos, recuerden: los expertos aciertan menos que los orangutanes.

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  • Milkhouse fl Con estos abstencionistas tendremos PPSOE pa los restos.... que genios!!!! querer reformar la ...
  • PabloMarmol fl Que el voto del PP, fiel a muerte, se disfrace de desapego, todos los politicos son iguales, si ... Que el voto del PP, fiel a muerte, se disfrace de desapego, todos los politicos son iguales, si no votamos a estos entonces ¿a quien votamos?, es algo que tenemos muy asumido. Pero pase lo que pase, que evidentemente todo va a ir a peor de aquí a las elecciones (pero mucho), no podemos tirar la toalla, hay que intentarlo y sobre todo lo principal es que aunque los abstencionistas de pacotilla pperos van a votar pp, al menos que no queden votos de izquierda en la abstención o en partidos excentricos y mucho menos en UPyD. A ver si con un poco de suerte esta indignación de la calle se pone manos a la obra y apoya al único partido que puede defender al pueblo, al obrero y a los ciudadanos contra el capital y el neoliberalismo imperante y los fascistas que tenemos en el gopbierno, a la izquierda real.
  • jackie fl No deja de ser paradójico que en un momento donde, según mi opinión, hay más gente interesada en ... No deja de ser paradójico que en un momento donde, según mi opinión, hay más gente interesada en política: a través de movimientos sociales, viendo debates televisivos en prime time, etc. vayamos a batir record de abstención. 
Parece como si fuésemos un pollo descabezado corriendo en círculos sin saber cómo curarnos la herida. ¿Qué hacemos? ¿huelgas? ¿escraches? ¿abstención? ¿voto en blanco? 
Mucho me temo que esto al final beneficiará a los mismos: ¡ronda de PP otros cuatro años más!
  • vichar fl Lo que sigue lo escribió Don Benito Pérez Galdós hace un siglo y un año... "Los dos partidos ... 
Lo que sigue lo escribió Don Benito Pérez Galdós hace un siglo y un año...

  "Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, paupérrima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental"
("La fe nacional y otros escritos sobre España", la página 69).
  • lamotta fl Hay muchas formas de hacer política en democracia, y el votar es lo más cómodo y no ... Hay muchas formas de hacer política en democracia, y el votar es lo más cómodo y no necesariamente lo que mejores resultados da. Si el votar es el "principal derecho democrático", entonces viviremos (con bienestar o sin él) en una pocilga. No me interesa un país en el que ejercemos nuestro derecho democrático cada cuatro años. Claro, dirás, es que hay otros cauces de participación (manifestaciones, organizaciones, etc.). Lo que pasa es que el nivel de desapego de la gente frente a ya demasiados escándalos políticos (y en IU también) ha cruzado el límite de lo sostenible, y para votar en un sistema que en su propia configuración está corrupto, muchos piensan que para eso mejor no votar. La abstención (o el voto en blanco) es respetable. 
PabloMarmol está empeñado en que tenemos que votar a IU (aunque aquí no lo ha mencionado expresamente), cuando en la variedad de la izquierda a lo mejor podemos encontrar partidos mucho más interesantes (aunque con menos futuro, empezando por la circunscripción electoral y el umbral de 3%). Y claro, UPyD sería un desastre.
Si vamos a animar a la ciudadanía a votar, tendremos que asumir que los neofalangistas puedan obtener más votos que IU (ojalá no pase, claro), y que el voto se diluya entre las opciones de izquierda (muchas de ellas con un historial algo más limpio que el de IU). Más aun: ¿qué diríamos si en las elecciones sólo compitiesen PP, PSOE y UPyD? ¿Animaríamos a votar? Resulta que hay miles de personas que no se sienten representados por ningún partido político de la actualidad...¿deben votar? Y recordemos, claro, que los partidos políticos no están ahí desde el principio de los tiempos. La política estaba antes.

Aún no sabemos (más que en la ficción de Saramago en "Ensayo sobre la lucidez") qué pasaría si la mayoría de la población votase en blanco.

Un saludo
  • PabloMarmol fl Se agradece que hagas mención a cierta tendencia politica que se desprende de otros comentarios ... Se agradece que hagas mención a cierta tendencia politica que se desprende de otros comentarios que hago en diversos artículos, no en este. Porque los has leído.  En cambio yo he intentado leer tus comentarios y no soy capaz de entenderlos, casi nunca. Por eso soy abstencionista del voto en estos comentarios. Lo que no había pensado es en el peligro de la Falange como amenaza real, mira que soy tonto y yo pensando que el peligro venía del PP y de UPyD junto con la abstención (el que calla otorga........).
  • lamotta fl Cuando he dicho "neofalangistas" me refería a UPyD ;). Ningún partido me despierta más simpatías ... Cuando he dicho "neofalangistas" me refería a UPyD ;). Ningún partido me despierta más simpatías en estos momentos que IU, pero no creo que el voto a un partido (o a un partido con posibilidades reales de conseguir algún resultado satisfactorio, como IU) sea la única opción, ni mucho menos que las demás (opciones) sean absurdas.
En cuanto a mis mensajes, he releído lo que he escrito y, bueno, hay varias ideas, una después de la otra, y puede que abrume, pero no creo que carezca de sentido. Estoy seguro de que, si lo intentas, tú también se lo encontrarás (el sentido) ;)

#12 Votar "en conciencia" significa también, supongo, votar sabiendo que estamos en un juego con las cartas marcadas, en un sistema electoral que abocará la mayoría de los partidos minoritarios al fracaso. Para esos casos, no veo razón por la cual deba uno, necesariamente, acudir a votar (aunque hacerlo sea igualmente respetable). OJO, no acudir a votar no significa no tener una opinión política. Yo no soy abstencionista, aun así :)
  • ribasvilanova fl Genial artículo, muy buen analisis. Gracias. Da gusto pagar cada mes por esto.

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16 Comentarios

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    Con estos abstencionistas tendremos PPSOE pa los restos.... que genios!!!! querer reformar la democracia renunciando al principal derecho democrático, el voto!!!!!
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    Que el voto del PP, fiel a muerte, se disfrace de desapego, todos los politicos son iguales, si no votamos a estos entonces ¿a quien votamos?, es algo que tenemos muy asumido. Pero pase lo que pase, que evidentemente todo va a ir a peor de aquí a las elecciones (pero mucho), no podemos tirar la toalla, hay que intentarlo y sobre todo lo principal es que aunque los abstencionistas de pacotilla pperos van a votar pp, al menos que no queden votos de izquierda en la abstención o en partidos excentricos y mucho menos en UPyD. A ver si con un poco de suerte esta indignación de la calle se pone manos a la obra y apoya al único partido que puede defender al pueblo, al obrero y a los ciudadanos contra el capital y el neoliberalismo imperante y los fascistas que tenemos en el gopbierno, a la izquierda real.
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    No deja de ser paradójico que en un momento donde, según mi opinión, hay más gente interesada en política: a través de movimientos sociales, viendo debates televisivos en prime time, etc. vayamos a batir record de abstención.
    Parece como si fuésemos un pollo descabezado corriendo en círculos sin saber cómo curarnos la herida. ¿Qué hacemos? ¿huelgas? ¿escraches? ¿abstención? ¿voto en blanco?
    Mucho me temo que esto al final beneficiará a los mismos: ¡ronda de PP otros cuatro años más!
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    Lo que sigue lo escribió Don Benito Pérez Galdós hace un siglo y un año...
    "Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, paupérrima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental"
    ("La fe nacional y otros escritos sobre España", la página 69).
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    #1 Hay muchas formas de hacer política en democracia, y el votar es lo más cómodo y no necesariamente lo que mejores resultados da. Si el votar es el "principal derecho democrático", entonces viviremos (con bienestar o sin él) en una pocilga. No me interesa un país en el que ejercemos nuestro derecho democrático cada cuatro años. Claro, dirás, es que hay otros cauces de participación (manifestaciones, organizaciones, etc.). Lo que pasa es que el nivel de desapego de la gente frente a ya demasiados escándalos políticos (y en IU también) ha cruzado el límite de lo sostenible, y para votar en un sistema que en su propia configuración está corrupto, muchos piensan que para eso mejor no votar. La abstención (o el voto en blanco) es respetable.
    PabloMarmol está empeñado en que tenemos que votar a IU (aunque aquí no lo ha mencionado expresamente), cuando en la variedad de la izquierda a lo mejor podemos encontrar partidos mucho más interesantes (aunque con menos futuro, empezando por la circunscripción electoral y el umbral de 3%). Y claro, UPyD sería un desastre.
    Si vamos a animar a la ciudadanía a votar, tendremos que asumir que los neofalangistas puedan obtener más votos que IU (ojalá no pase, claro), y que el voto se diluya entre las opciones de izquierda (muchas de ellas con un historial algo más limpio que el de IU). Más aun: ¿qué diríamos si en las elecciones sólo compitiesen PP, PSOE y UPyD? ¿Animaríamos a votar? Resulta que hay miles de personas que no se sienten representados por ningún partido político de la actualidad...¿deben votar? Y recordemos, claro, que los partidos políticos no están ahí desde el principio de los tiempos. La política estaba antes.
    Aún no sabemos (más que en la ficción de Saramago en "Ensayo sobre la lucidez") qué pasaría si la mayoría de la población votase en blanco.
    Un saludo
  • el problema es que a la derecha solo hay 1 partido: el PP
    Al centro izquierda hay.... uff, los que hay !!
  • Quedan dos años para las siguientes elecciones generales. Todo el mundo sabe que el PSOE presentará otro candidato que, aunque seguramente no será del gusto de todos, hará volver al redil a mucho ex-votante del PSOE actualmente huérfano. Todo el mundo sabe, incluso los polítólogos, que el Partido Popular tiene una clientela fiel que hoy está escondiendo su recuerdo y su intención de voto, pero que acabará votando al PP. Estos ejercicios para el lucimiento del los expertos demoscópicos a mitad de legislatura no tienen el más mínimo interés. No hay ningún dato nuevo. Ellos mismos reconocen, honestamente, su juego infantil al final del artículo: "Si no acertamos, recuerden: los expertos aciertan menos que los orangutanes"
  • Después de treinta años de votar el mal menor es lógico que la gente se canse. Esto de "vótame que si no viene la derecha" o el "vótame que vienen los rojos" está muy dado de sí. Unos se abstienen por pasotismo o desaliento, otros se abstienen para recuperar su libertad de acción y de decisión.
  • #1 Tendremos ppsoe por los que votan al ppsoe y renunciar al derecho a voto tambien es un derecho, genio.
    Te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas: tu y yo vamos al cine, tu eliges la película, no nos gusta a ninguno de los dos pero según tu idea, la culpa es mía por no elegir. Venga va.
  • #5 Que pasaría si la mayoría de la gente votase en blanco? según la ley electoral vigente no pasaría nada. ¿por qué? Porque los votos en blanco contabilizan en la participación. Otra cosa muy diferente es si la mayoría de la población escogiese la abstención, porque con un nivel de participación bajo, la legitimidad de estos comicios estaría altamente cuestionada. Lo que si llevaría a otro escenario completamente diferente donde habría que replantearse la situación si o si. Mientras tanto es como jugar a las cartas sabiendo que te hacen trampas.
  • Protestamos contra el bipartidismo, pero dejamos las elecciones en manos de los que apoyan a los bipartidistas. Si es que somos unos genios... Será por partidos, ideologias, colores... Y no, no nos engañemos, los votantes del PP SIEMPRE votan y lo hacen al PP, eso se ve que con solo 500.000 votos mas han pasado de ser oposición a tener una mayoria absoluta.
    Los cambios surgen del interior, del exterior solo vienen los nuevos paradigmas, pero hasta ahora, no he escuchado una nueva propuesta realista al sistema actual, por lo que si queremos que las cosas cambien, ejerzamos nuestro derecho y votemos, acabemos con el bipartidismo, votemos a IU, votemos a UPyD, votemos a Equo, votemos a esos partidos que piden una oportunidad de hacer las cosas distintas, pero votemos, no dejemos la baraja en manos de los de siempre...
  • #10 Creo, desde el respeto, que te equivocas. La participación a fin de cuentas les importa un bledo como se ve elecciones tras elecciones, al final seguiran jugando con las cartas que les queden.
    El voto en blanco es muy variable su interpretación dependiendo de cuanto sea: si es poco en porcentaje, beneficia a los partidos mayoritarios elevando el valor de corte para la distribucion de escaños segun el sistema D'Hont. Pero si es un porcentaje muy elevado, del orden del 50% hace lo contrario, genera un serio problema de distribución de escaños, poniendo a todos los partidos en un nivel que daria lugar a una distribución muy fragmentada de escaños (los votos en blanco suelen salir de los votos a los partidos mayoritarios, por lo que habria que analizar más datos y situación) y un porcentaje del 75% en blanco seria un serio problema puesto que no habria partidos que llegaran al minimo para obtener un escaño, con loq ue habria que convocar elecciones de nuevo con unas reformas muy serias de los partidos e incluso de la propia ley electoral.
    La solución no es la abstención, es votar en conciencia, olvidarnos de esa falacia del "voto util" porque todos los votos son utiles. Votar a partidos menores en detrimento de los mayoritarios, hasta conseguir modificar la ley electoral para que sea más justa y evitar que unos poco decidan por todos, como ha ocurrido, que la abstencion facilita la aparición de mayorias absolutas. al menos eso interpreto yo, que bien puedo tambien estar equivocado...
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    #5 Se agradece que hagas mención a cierta tendencia politica que se desprende de otros comentarios que hago en diversos artículos, no en este. Porque los has leído. En cambio yo he intentado leer tus comentarios y no soy capaz de entenderlos, casi nunca. Por eso soy abstencionista del voto en estos comentarios. Lo que no había pensado es en el peligro de la Falange como amenaza real, mira que soy tonto y yo pensando que el peligro venía del PP y de UPyD junto con la abstención (el que calla otorga........).
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    #13 Cuando he dicho "neofalangistas" me refería a UPyD ;). Ningún partido me despierta más simpatías en estos momentos que IU, pero no creo que el voto a un partido (o a un partido con posibilidades reales de conseguir algún resultado satisfactorio, como IU) sea la única opción, ni mucho menos que las demás (opciones) sean absurdas.
    En cuanto a mis mensajes, he releído lo que he escrito y, bueno, hay varias ideas, una después de la otra, y puede que abrume, pero no creo que carezca de sentido. Estoy seguro de que, si lo intentas, tú también se lo encontrarás (el sentido) ;)
    #12 Votar "en conciencia" significa también, supongo, votar sabiendo que estamos en un juego con las cartas marcadas, en un sistema electoral que abocará la mayoría de los partidos minoritarios al fracaso. Para esos casos, no veo razón por la cual deba uno, necesariamente, acudir a votar (aunque hacerlo sea igualmente respetable). OJO, no acudir a votar no significa no tener una opinión política. Yo no soy abstencionista, aun así :)
  • El quid de la cuestión es que NO ESTAMOS EN CAMPAÑA ELECTORAL . Cuando lo estemos el PPSOE y sus cómplices volverán a convencer a la mayoría de los españoles para que les voten . Solo si la mayoría de los españoles cambiaran ellos mismos y , por lo tanto sus propias vidas podríamos pensar que cambiarían de representantes . ¿Alguien cree que ese cambio se esta produciendo ? Yo no lo veo por ningún lado .
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Piedras de Papel

Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
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